El hotel, situado en el corazón del Eixample de Barcelona, en la calle Còrsega 284, junto a Rambla de Catalunya y a muy pocos metros de la emblemática Pedrera, ocupa la planta principal de un edificio de 1920 cuya fachada, con una elegante balaustrada de piedra artificial y balcones de hierro forjado, responde a los cánones compositivos propios de finales del siglo XIX.
Su acabado, discreto pero muy bien proporcionado, sin una excesiva ornamentación y con una repetición y modulación de los vacíos y llenos, es fácil de reconocer en las edificaciones de este singular enclave barcelonés.
Sin ningún cartel a nivel de calle, a excepción de una etiqueta junto al timbre, no vas a saber, a menos que lo estés buscando, que exclusivo Hotel Boutique Ca La Maria está allí, pero es un lugar que, sin duda, vale la pena encontrar.
Cuanto te plantas delante de un edificio que alberga un establecimiento hotelero de estas características, lo primero que te viene a la cabeza es: “no puede ser de otro modo”. Si hay una gestión con alma, si existe una sensibilidad estética, lo lógico es conservar la identidad que brinda la arquitectura para acentuar la experiencia del huésped.
Y eso es exactamente lo que han hecho en este precioso Hotel Boutique –podríamos definir el concepto como una especie de híbrido entre un hotel de lujo y una casa privada que reúne lo mejor de ambos mundos -, donde han apostado claramente por mantener su excepcional arquitectura: suelos, techos, puertas, ventanales… conservando la mayoría de detalles constructivos originales.
El diseño interior, tratado con mucho criterio, evoca la atmósfera propia del estilo clásico de la época, con guiños de vanguardia perfectamente enlazados, lo que intensifica el aspecto vivencial.
Su misión no es hacer sentir solo a los huéspedes el calor del propio hogar sino también permitirles descubrir la estimulante arquitectura y obras de arte contemporáneo, a través de esculturas, fotografías y cuadros de reconocidos artistas que vas encontrando a cada paso.
Alberga seis habitaciones, eso sí, con personalidad y nombre propios: Canaletes, Montjuic, Eixample… María Inglada, arquitecta, propietaria y anfitriona, nos dice que cada habitación es un espacio diferente, tanto es así que no podemos encontrar dos aposentos iguales.
En la parte trasera te sorprende una increíble terraza, que no esperas, por sus enormes dimensiones y acabado paisajístico. Los huéspedes, aprovechando nuestro clima mediterráneo, pueden relajarse al aire libre en algunos de sus muchos rincones, a cual más acogedor.
Una de las principales características de este tipo de establecimientos es que los propietarios viven en el mismo hotel e interactúan con los viajeros como si fueran invitados. Del mismo modo, los huéspedes pueden disfrutar de detalles, dignos de los mejores hoteles de lujo, pero con una cercanía que hace que les permite sentirse como en casa.
En este marco singular, la elección de los muebles y complementos ha sido fundamental para mantener el equilibrio de este espacio culminado con tanto esmero en su totalidad.
La elección de la Essential Solution de Espejos con Televisión Integrada de Oculting para las habitaciones ha contribuido, mediante la integración de las pantallas, a conservar el espíritu que la propiedad quiere transmitir a los huéspedes y que te permite creer, cuando disfrutas de su estancia, que perteneces a la pequeña burguesía de la época dorada de la Barcelona del Modernismo.
Hay ámbitos donde las propiedades constructivas de edificación y diseños de interior con estilos muy categóricos no pueden, de ningún modo, contener televisores pululando por ahí desgarrando la identidad tan meticulosamente creada.
La pantalla es un elemento con estética más propia del futuro, donde su apariencia, geometría y color negro siempre presente, cuando no está en funcionamiento, dista mucho del perfil decorativo y del espíritu que se pretende comunicar en entornos como el de este característico Hotel Boutique.
Ca la Maria tiene magia, entre otras virtudes, por su ubicación privilegiada, arquitectura e interior, además de su oferta gastronómica y los eventos culturales que organizan.
Pero, sobre todo, su magia reside en la gestión profesional, el espíritu de servicio y el cuidado por los detalles de la propiedad ejerciendo de anfitriones.
Una combinación perfecta para generar una experiencia satisfactoria. Porque después de momentos magníficos quedan recuerdos inolvidables. Don’t See. Just Feel.